
Becadas Conferencia IGH – Carolina Saez
15 Marzo, 20252a Conferencia Bienal Internacional de Personas en Situación de Calle del IJOH.
por Ps. Alejandra Freire
El objetivo de este informe es presentar reflexiones acerca de las exposiciones realizadas por profesionales que trabajan en conjunto a personas en situación calle, y hago énfasis en mencionar que el trabajo es con ellos y no para ellos; ya que si trabajas en este contexto debes saber mejor que nadie que son ellxs quienes están en primer lugar, son quienes conocen sus problemáticas, son quienes habitan, aprenden, desaprenden y transforman la calle.
Varios expositores hablaron de Políticas Públicas, se suponen que éstas se diseñan para satisfacer necesidades y problemáticas de una sociedad. Pero en cuanto a situación calle ¿Qué necesidades se están cubriendo? Al parecer ninguna otra más que la necesidad del cuidado del espacio público, de la estética, del paisaje. Tal como mencionó Santiago Bachiller, invisibilizar la hipervisibilidad de los cuerpos en calle. Es más fácil invertir en arquitectura hostil, la cual no resuelve nada y lxs obliga a deshacer y volver a hacer hogar en otro territorio en donde siempre está presente la opción muy pronta de una nueva expulsión violenta y cruel.
Con lo anterior, me hace mucho sentido lo expuesto por Catalina Ramírez al mencionar que “es como si hubiera un miedo al contagio”. Como si siempre hubiesen existido en la calle. Es necesario no olvidar las trayectorias de las vivencias, lo singular… como menciona Milena Sapey, pensarlo desde un nivel psicosocial, político e institucional. Debemos dejar de naturalizar la crudeza y las afectaciones de quienes habitan la calle, pensar en vivir y no en sobrevivir.
Para finalizar, comentar que la participación en el Congreso me deja un gusto semi-amargo, compartir y conocer experiencias con otros profesionales de esta área significa un gran aprendizaje y motivación al saber que somos muchos trabajando en conjunto. Pero al mismo tiempo, es un escenario un tanto desesperanzador. Sin embargo sé que habitar la calle supone un gran desgaste físico y emocional, y quienes apoyamos tenemos que estar de pie para acoger, escuchar, contener e impulsar a quienes no ven esperanza.
“No sólo no podemos elegir con quien cohabitar, sino que debemos preservar activamente el carácter no elegido de la cohabitación inclusiva y plural; no sólo vivimos con aquellos que nunca elegimos y con los que no podemos sentir ningún sentido social de pertenencia, sino que también estamos obligados a preservar sus vidas y la pluralidad de la que forman parte. En ese sentido, las normas políticas y las prescripciones éticas concretas surgen del carácter no elegido de estos modos de convivencia”
Butler, 2013.